I believe i can fly

Estructuras móviles, Sin categoría

Continuamos con el proyecto de escultura móvil del que llevamos hablando en varias entradas: un zorro volador, al que se pretende dar vida.

1ª  Fase: «La oscuridad que encierra la belleza«

2ª Fase: «Luz entre las sombras«

En esta fase del proyecto, se realizarán las nervios de las alas en madera, siguiendo el diseño que se pensó en un principio, y haciendo que cada uno de ellos acaben en punta para darle mayor personalidad.

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Imagen 1. Murciélago sobre plano

Una vez realizadas todas las piezas de las alas, se harán los orificios que permitirán posteriormente la unión y articulación entre ellas, o la fijación de otras al torso de nuestro zorro volador. Seguidamente, se pintarán todas las piezas y se fijarán a base de tornillos del grosor de los agujeros que se han realizado.

 

 

Finalmente, una vez estén montadas las alas, se seguirá un sistema que permita su movimiento. Para ello, habrá de tenerse en cuenta que los nervios tendrán que ser unidos por medio de tela, para que se abra todo el ala al completo.

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Imagen 4. Movilidad de la escultura

Luz entre las sombras

Estructuras móviles, Sin categoría

Como se ha mencionado anteriormente en la entrada ‘La oscuridad que encierra la belleza‘, se ha planteado la realización de un proyecto de escultura móvil, que consta de la talla en madera de un zorro volador.

Una vez finalizada la talla del animal, se busca conseguir un realismo que le aporte vida a la escultura y complete los rasgos expresivos del mismo:

Para ello se aplicará tinte para madera, con el fin de oscurecer el color del cedro en sí.

 

 

Y finalmente se jugará con distintas pinturas al óleo para darle mayor fuerza a la superficie del cuerpo.

 

 

Imagen de la entrada, ilustración de Erica Williams

La búsqueda del alma

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« Cuando un maestro hace una imagen de madera o piedra, no introduce la imagen en la madera, sino que corta las astillas que han ocultado y recubierto la imagen; no añade nada a la madera, sino que golpea y esculpe la cobertura y saca la escoria y entonces resplandece lo que estaba oculto debajo. Ese es el tesoro que estaba oculto en el campo. (Mateo 13, 44). »

Maestro Eckhart

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Tal y como dice el escrito, un maestro escultor no ve en la piedra o la madera la superficie sobre la que trabajar una idea, sino que cada pieza posee su propio alma y es el artista quien se encarga de hacerla «despertar».

Así mismo un simple trozo de madera de cedro pueda albergar a un ser de la noche, que aporta dulzura más allá de los estereotipos implantados a dicho animal. Un pequeño zorro volador que lucha por poder volar de nuevo.

 

 

En la talla de la madera, el escultor lucha entre gubias en busca del alma de ésta, rasgando y dando forma a lo que un día estuvo despierto. Tal que así, la madera se trata de un material orgánico que pese a estar desprovista de sus raíces, permanece «vivo».

Es pues el artista quien ve a través de ella su alma, y desbasta la superficie haciéndola resurgir de sus cenizas. Para ello se servirá de diversos medios, herramientas y maquinaria, con el fin de encontrar la belleza que habita en ella.

 

 

Más concretamente, se pretende alcanzar la belleza de este animal buscando resaltar sus rasgos más característicos: sus ojos, orejas y hocico, así como sus grandiosas alas. Y finalmente, aportarle realismo jugando con las diversas texturas que su cuerpo posee, además de su policromía.

 

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Estructura del murciélago